Una de cada cuatro personas en el mundo sufre o sufrirá algún tipo de trastorno mental a lo largo de su vida.
Enfermedades como la depresión, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, de ansiedad, de alimentación o de la personalidad, están aún hoy en día estigmatizadas. Que la causa de su dolor no sea visible no significa que no necesiten nuestra atención y nuestro apoyo.
Desde la Musicoterapia se puede facilitar la evolución hacia el bienestar de las personas que conviven en su día a día con estas alteraciones de tipo emocional, cognitivo y/o de comportamiento. El/la musicoterapeuta, a través del vínculo, posibilita al paciente su implicación en su propio proceso de cambio.
Las improvisaciones, el cuerpo y la voz, entre otros, serán los elementos clave para situar al paciente en el aquí y el ahora, para escuchar y mirar de frente su enfermedad, para comprender aspectos de sí mismo/a a través de las conductas sonoro-musicales y las proyecciones afuera sobre lo que está sucediendo dentro.